Y volaron..
Después de tanto tiempo sin publicar nada en este blog debería escribir un post de alta calidad. Sería la mejor forma de pedir disculpas por la sequía creativa. Por la carencia de comunicación.
Al menos no voy por ahí recomendando a mis clientes que tengan un blog.
Como si fuera una tarea fácil la de compartir el día a día de la empresa.
A veces se habla demasiado y se arriesga poco.
Ya lo tengo más claro que ayer. Sin riesgo no hay diversión. Pero no te tortures si no eres capaz de salir de la rutina. La culpa de todo la tiene la naturaleza de tu cerebro. Está diseñado para ahorrar energía. Por eso siempre trata de sistematizar y repetir las tareas. Para ahorrar energía.
Recuerdo hace poco más de un año, cuando tuve que comenzar a tomar decisiones autónomas, que leí un grafiti con un pensamiento de Guillaume Apollinaire (foto que encabeza este post) pintado en una casita detrás de la Facultad de Ciencias.
Hoy ya estoy volando.
He dejado de hablar y cada día está lleno de acción. Hay días duros, la mayoría, pero cuando me doy cuenta de que estoy volando disfruto como lo hacía antes de comenzar mi trayectoria laboral.
¿Por qué las empresas se deshumanizan? Por qué tenemos que dedicar más tiempo a demostrar que valemos que a darlo todo sinceramente.
Lo que necesitan nuestras empresas es diálogo y honestidad en todos los estratos.
Solo de esta forma crearemos empresas con verdadero valor humano y de paso económico. Los directivos y los trabajadores que no tengan esta prioridad están destinados a ser infelices.
Bueno, por fin he escrito algo en mi queridísimo y escuálido blog.
A partir de hoy espero ser más regular en las publicaciones.