Multidisciplinar
Es una faena esto de tener que ser multi-disciplinar. Todo era más sencillo cuando tenías una profesión estanco. Tan sencillo como mi querido Popeye, cuando en la tira de su primera aparición dice cosas como esta a la pregunta de si es marinero, ¡Acaso tengo pinta de Cowboy! o su frase «»Yo soy lo que soy y eso es todo lo que soy«». Lo tenía la mar de claro. Yo sin embargo cuando trato de definir mi actividad me siento fragmentado. Arte, diseño gráfico, redacción de textos, marketing y por si fuera poco llegó la revolución tecnológica y se lió la madeja. ¡Cuántas horas habremos dedicado a la adaptación tecnológica! Miles y miles, a veces pienso que si se las hubiera dedicado al dibujo o la pintura, hoy sería un poquito más renacentista. Y es que esta fragmentación me ha llevado definitivamente a reconocer que soy un bruto. Cada vez me gusta más hacer los trabajos con sensualidad, humor y buenas «vibraciones». Cada día siento con más fuerza una llamada a mis orígenes gráficos. A los últimos compases de mi adolescencia. Cuando buscaba la perfección y no encontrarla me frustraba. Lo bueno es que tengo las mismas ilusiones plásticas de entonces y ya no me frena la obsesión por la perfección. El dibujo que ilustra este post es una representación de mi mismo en mi estudio de ensueño, realizado en 1985 justo meses antes de entrar a trabajar como dibujante publicitario. Era un simple dibujante pero mi camino se enredó con la publicidad. Primero el diseño gráfico, luego la estrategia creativa, inteligencia emocional, trabajo en equipo, otro montón de horas dedicadas a la empresa. Casi siempre fui consciente de que tenía un diamante dentro de mi. El amor por el dibujo y la pintura adquirido desde la infancia. Me gustaría decir lo mismo que Popeye ¡acaso tengo pinta de tecnólogo! Soy dibujante y eso es todo lo que soy. Ja ja ja.